martes, 15 de mayo de 2012

Venciendo a nuestros gigantes



1 Sam 16,1-23; Rom 8,14-17

 Todos muchas veces en nuestro diario vivir sentimos que algunos problemas personales, familiares, emocionales, de cualquier  tipo, se levantan en nuestra vida como gigantes que nos desafían, nos humillan, nos aplastan y nos parecen invencibles por su tamaño, profundidad, por su forma.
Hoy muchos jóvenes de nuestro país batallan con grandes gigantes, vamos a nombrar algunos:

Adicciones: Este es un gran gigante, que hoy lamentable te sufren muchos jóvenes, que poco a poco les roba la vida, la dignidad. El adicto es una persona que busca huir de su realidad, no puede enfrentar sus problemas, sus situaciones dolorosas, por eso se refugia en una sustancia o en una conducta que lo auto destruye.
Falta de sentido a la vida: Hace poco se hizo una encuesta en nuestro país que dice que mas de un millón de jóvenes, no estudia ni trabaja. Esto es una clara señal,  de falta de orientación, ganas de lograr cosas, ponerse metas, de avanzar. Nos habla de la falta se deseo, de que todo de lo mismo; estar de novio o no estarlo; tener trabajo o no tenerlo, de estudiar o no estudiar. Por eso no tenemos fuerza para transformar  nuestra realidad y nuestro mundo.
Hedonismo: Esto es una persona que  tiene como único criterio de vida, “el placer”. Es decir que toda actividad que no le “agrade”, no se “sienta” bien la deja de  lado, es un apego a la comodidad, al confort. Esto nos da poca tolerancia al displacer a la disciplina y la perseverancia que muchas actividades sanas y edificantes requieren para alcanzar nuestros sueños, por ejemplo: orar, estudiar, trabajar, ir a misa, sostener las relaciones en el tiempo. Con este gigante ante el primer dolor o molestia queremos abandonar o dejar lo que hacemos.

Las personas que luchan contra uno o todos estos gigantes tienen estas características:


No pueden hablar: Son analfabetos emocionales, no saben expresar lo que sienten, quieren o necesitan, por esto es que se quedan solos y se aíslan


No pueden tomar decisiones: decidir implica renunciar, abrir una puerta y cerrar otras, enfocarse. Cuando luchamos contra estos  gigantes, nos cuesta horrores decidirnos, queremos todo y a la vez no queremos nada, no nos podemos jugar, o nos gustan dos cosas opuestas, no podemos elegir una carrera, una pareja. Tomar una decisión les produce frustración, angustia, miedo.


No pueden emprender: Están como una bicicleta fija, se cansan pero no van a ningún lado. No tienen iniciativa para el cambio. Siempre con los mismos problemas. Sin lograr metas, objetivos.
Todos estos gigantes tienen una raíz común que es la falta de validación.  Mirando la vida de David podemos ver algunas claves y pistas, para poder derrotar estos gigantes y avanzar para cumplir los sueños que Dios nos dio.

David como todo joven tenía muchos sueños en su corazón, pero Dios que ve mas allá de las apariencias, le iba  mostrar un sueño mucho más grande, el de ser Pastor y Gobernar Israel. Dios dice que no mira las apariencias, Eli cuando Samuel le pide que le presente a sus hijos más fuertes, que tenían una gran apariencia, pero Dios no elige a ninguno, sino al más joven y pastor de ovejas que ni siquiera el Padre había tenido en cuenta.

POR ESO CUANDO SENTIMOS QUE NUESTROS PADRES NO NOS TIENEN EN CUENTA, TENEMOS LA CERTEZA DE QUE DIOS SI NOS TIENE EN CUENTA! Y SE VIENE EL MOMENTO EN QUE DIOS NOS VA A VALIDAR Y NOS VA  LLAMAR A CUMPLIR NUESTRO DESTINO QUE ES MUCHO MAS GRANDE DE LO QUE SOÑAMOS. AMEN.

La función y el rol que nuestro padre tiene en la vida es el de validarnos, afirmarnos, darnos guía, dirección, sostenernos y lanzarnos a cumplir nuestro propósito en la vida. Por eso cuando la figura de nuestro padre aparece desdibujada, porque nos abandono, fue violento, no fue cariñoso, no pudimos contar con él, no nos manifestó el afecto y no nos pudimos apoyar en el, carecemos de validación, y pueden aparecer en nosotros la baja autoestima, la inseguridad y los miedos ante la vida. Por eso para comenzar a ser validados tenemos que sanar la imagen y relación Paterna.
Somos validados fundamentalmente de 4 maneras:
1.    
            Al ser ungidos: Los Jueces, Los profetas, David, Jesús y los Apóstoles, comenzaron su misión luego de ser llenos del Espíritu Santo. Una de las funciones del Espíritu es traernos la experiencia del Padre y sanar esa relación, en Rom 8, 15-16, dice: “cuando el Espíritu Santo, se une a nuestro espíritu clamamos Abba! Es decir Padre, El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu, para dar testimonio de que somos hijos de Dios”.  El Espíritu restaura en nuestro corazón nuestra falta de imagen paterna, porque nos trae la experiencia maravillosa de ser Hijos de Dios, y así ser aceptados, amados y valiosos por el Padre perfecto, Dios. Así se cumple la promesa de Jesús: “no los dejare huérfanos” Jn 14,18, por eso nos ayudara muchísimo relacionarnos en la oración con Dios Padre y así dejarnos amar, restaurar y validar. Vemos en Jesús a través de toda su vida la relación profunda con su Padre en todo momento, se refiere que hace y dice lo que escucha del El, en su última palabra antes de morir se refiere al Padre, “ en tus manos encomiendo mi espíritu”
2.   
        Por palabras positivas: Una experiencia maravillosa de validación la encontramos en la vida de Jesús, en el momento que sale del  rio Jordán y esta apunto de comenzar su ministerio publico. En ese momento se oye la voz del Padre que le dice: “Tu eres es mi hijo amado en Ti tengo puesta toda mi predilección” Mc 1,11. Dice Proverbios que en nuestros labios esta la vida y la muerte. Nuestras palabras pueden bendecir o maldecir. Por eso afirmar la vida, con palabras positivas, de amor, de comprensión y aliento, nos generan un gran sentido de sentirnos aceptados y validados, capaces.
3.    A través de la confianza: Una manera en donde nos validan fuertemente es cuando nos confían tareas, personas, situaciones. Esto despierta en nosotros habilidades dormidas, responsabilidad, nos da valor. El que una persona nos confié una situación personal, una tarea importante, nos pida ayuda para algo, nos  hace sentirnos útiles y que nuestra vida tiene un sentido.
4.     A través de Padres espirituales (mentores): Un padre Espiritual, es una persona que tiene mucho camino en Dios y en la Iglesia,  tiene  un buen nivel de madurez en las áreas de su vida (laboral, emocional, espiritual, estado de vida), y en cierto sentido ya llego a  donde nosotros nos gustaría estar, por eso nos puede dar guía, consejo, apoyo, en todos los niveles de la vida: material, emocional, espiritual. Es un vínculo altamente sanador, ya que podemos exponer sin miedo al rechazo, nuestras dudas, miedos, problemas, sueños, nuestra vida, para poder discernir los caminos de Dios en nuestra vida.

Por último cuando vamos progresivamente sanando nuestra imagen paterna y vamos siendo  creciendo en ser validados, se sana nuestra auto estima y nos convertimos en CONQUISTADORES, podemos derrotar nuestros gigantes y ayudar a otros a hacer lo mismo. Cuando somos conquistadores podemos capturar estas bendiciones:

Nos movemos a lugares de resultados: Nuestro trabajo, sueños  y ministerio dan frutos abundantes (Jn 15,1-8)

Escribimos nuestra historia: Somos protagonistas, salimos del banco de suplentes para jugar el partido de la vida. Tomamos la vida en nuestras manos, y nos hacemos responsables de ella.


Tenemos recursos ilimitados: Contamos con los recursos humanos y materiales que Dios nos da, cuando nos movemos tras sus sueños. Tenemos de ejemplo a los Santos, Madre Teresa de Calcuta, Don Orione, Don Bosco, que edificaron grandes obras a favor de los más pobres sin tener un centavo.
 Espero que Dios bendiga tu vida a través de este mensaje, seas validado y te transformes en un Conquistador. Te invito a terminar con una oración:


Padre te bendigo y te alabo,
Te doy gracias porque siempre estas presente en mi vida
Te pido que hoy sanes la relación con mi papa,
Te entrego toda falta de aceptación,
Todo sentimiento de abandono y rechazo,
Toda violencia verbal o física que haya sufrido,
En tu nombre cancelo, corto y me libero
De toda atadura, toda maldición, toda tristeza,
De toda soledad, de toda adicción
Te pido que me cubras con tu sangre preciosa,
Mis pensamientos y sentimiento
Y declaro sobre mi vida,
Que soy amado, bendecido, sanado,
Liberado y prosperado por tu gran Amor
Te lo pido en el nombre de Jesús. Amen